domingo, 11 de marzo de 2012

"Como jode estar a 6000 metros (con los pies en la tierra)"























Con esa frase me respondió Ramón al encontrarnos de nuevo en el Refugio Whymper después de su intento de cima en el Chimborazo (6310m). José, que

continúa con su pie tocado, y yo que no tenía en mis planes esta montaña, hicimos una ruta que utiliza la gente para aclimatar, las agujas de Whymper (5400m).
Después del descanso en Riobamba, en el que recuperamos fuerzas, José fue mejorando de su pie y yo mejoré mucho de mi sinusitis, subimos ayer después de comer al Refugio Whymper (5000m). Desde el coche es un "paseo" de 45 minutos aproximadamente, que se hace bastante molesto, sobre todo porque tenemos que portearnos toda la comida, saco de dormir, etc., que hacen engordar bastante la mochila. Una vez colocado todo en su sitio, salimos a valorar la ruta de ascensión, como estaba el tiempo...Después de largo tiempo hablando, yo había decidido no subir (lo tenía claro desde hace bastante tiempo), José no tiene su pie en condiciones y animamos a Ramón a intentarlo, que tiene tiene las fuerzas y ganas necesarias, además de una buena aclimatación con el Cotopaxi a sus espaldas.

A las 23.00 todo el mundo en pie, unos para prepararse y otros de apoyo moral. Con todo listo, parten del refugio a las 00.10, bajo una luna casi llena que no hacen necesarios ni los frontales. El problema principal es que parece que en cima sopla mucho aire, pero hay muchas horas por delante para que mejore la cosa. Tendrían que afrontar una primera parte de ascensión de terreno mixto de roca, barro y hielo, para ir luego hacia cima por una arista de nieve larga, hasta la cima Veintimilla (6270m), y de ahí avanzar hasta la cima Whymper (6310m).

José y yo nos ponemos en marcha en nuestra ruta poco después de las 07.15 y al mirar hacia la arista los vemos de vuelta: ¿muy temprano, no te parece?...bueno, a ver que nos cuentan cuando bajen, pero ya sospechamos que no pintaba bien porque la cima tenía muy mala pinta, mucho aire y nubes de aquí para allá a toda velocidad. Hicimos nuestra ascensión con un ojo en los crampones y otro en los chicos, que se divisaban en todo momento, sobre todo en la parte de terreno mixto, la más delicada.

Una vez alcanzado nuestro pequeño objetivo y de vuelta en el refugio, Ramón nos cuenta que le ha podido la altura, el viento, el frío...a 6020m aproximadamente decidieron darse la vuelta porque las condiciones climatológicas y la inclinación de la arista acabaron con sus fuerzas; "tenía la ropa congelada!", me comentaba. Las fotos dan fe de ello.

A pesar de que siga sin querer escribir sus crónicas, hay que reconocerle que es todo un campeón. Y es que ya lo comentaba los primeros días, cuando aseguraba que él donde se mueve bien es en los 4000; en los 5000 parece que tampoco lo hace nada mal.

Con el Chimborazo terminamos nuestro tour ecuatoriano. Ahora nos quedan unos días para recuperarnos y volver a casa con la mejor cara posible, aunque la sonrisa no la hayamos perdido en ningún momento a pesar de los contratiempos surgidos a lo largo de los días. Hemos sacado muchas conclusiones de nuestros aciertos y errores que estoy seguro de que nos servirán para futuras experiencias en la montaña.

viernes, 9 de marzo de 2012

Fotos ascensión al cotopaxi












Aquí les dejamos algunas fotos más de la ascensión al Cotopaxi, las primeras en distintos momentos del ascenso con luz, fotos en la cima y por último algunos instantes de la bajada atravesando el glaciar.



jueves, 8 de marzo de 2012

Fotos del Iliniza Norte (3)






Fotos del Iliniza Norte (2)


1. Refugio de los Ilinizas
Resto, ascendiendo la arista de Iliniza Norte



Fotos del Iliniza Norte (1)




1. Salida con el mal tiempo
2. Inicio del sendero
3 y 4. Iliniza
5. Volcán Cotopaxi desde los Ilinizas




Cotopaxi (5897m)




Después de bajar del Iliniza Norte nos dirigimos al Centro de Aclimatación Tambopaxi, un lodge a 3800 m dentro de la Reserva Ecológica del Cotopaxi, prácticamente en la falda del volcán en el que descansar y reponer fuerzas para afrontar la dura ascención. Teníamos un poco de margen para la recuperación del tobillo de José y de mi sinusitis, que no parecía mejorar demasiado.

Después de un día y medio de descanso absoluto, comiendo como señores, relajándonos un poquito, subimos hasta el Regufio José Ribas (4810 m) del Cotopaxi, un tramo en Jeep y un pateo de 45 minutos hasta llegar, donde cenamos a las 18.00 para estar en el saco a las 19, ya que a las 23 estaríamos en pie para ir a cumbre.

El tobillo de José seguía sin estar en condiciones, por lo que decidió no salir, y yo, a pesar de sumarse a la sinusitis problemas estomacales, decidí calzarme las botas e intentarlo. Sobre las 00.30 salimos del refugio en busca de la primera pala de nieve, a unos 20 minutos del refu, que nos llevaría directamente al glaciar. Subíamos los cuatro (Diego, Juan Carlos, Ramón y yo) a buen ritmo, pero yo no terminaba de coger el paso, con problemas para respirar bien, y una nausea constante, así que decidí, también por "fatiga mental", antes de la entrada al glaciar, darme la vuelta al refugio; no era mi día y todavía estaba a tiempo de regresar sin demasiados problemas.

A partir de ahora debería escribir Ramón, pero delega la función, así que en entrevista exclusiva, me contó que la subida fue muy exigente, con un desnivel muy importante que no daba descanso alguno, que aumentaba conforme subían en altura, llegando a verdaderas paredes en las que escalaban con los crampones y piolet. Le impresionaron las grietas del glaciar, algunas "sin fondo". Después de 7 horas de extenuante esfuerzo estaban en la cima del Cotopaxi. Bien por los tres!!.

Dos horas y media después, estaban en el refugio, sanos y salvos, después de una rápida bajada para evitar el aumento de temperaturas del día que vuelve peligrosa la nieve del glaciar.

Actualmente estamos en una hostería a las afueras de Riobamba, hacia el sur del país, recuperándonos, unos del esfuerzo y otros "lamiéndonos las heridas", que parece que casi a 2000 m más abajo curan a toda velocidad. Tenemos un día y medio para estar en plena forma, ya que mañana por la tarde iremos al Refugio Whymper (5000m) del Chimborazo, desde donde veremos las condiciones de la montaña, y sobre todo en que condiciones estamos nosotros.

martes, 6 de marzo de 2012

Crónica del Iliniza Norte

Después del "silencio tecnológico" volvemos a dar señales de vida, esta vez desde el Centro de Aclimatación del Tambopaxi, a los pies del volcán Cotopaxi, que por ahora nos está esquivando detrás de las nubes.
El sábado por la noche llegamos a El Chaupí para dormir cerca de los Ilinizas, dos montañas separadas por un collado en el que se encuentra el refugio desde el que parten las distintas vías de escalada.
Después de una buena cena con trocito de tarta incluido del primer cumple de una de las niñas de la casa, nos fuimos a tratar de descansar, porque nos esperaba el primer madrugón, 4 am, y para eso, también hay que aclimatar (para el Cotopaxi nos "despertaremos" a las 23.00).
4 am en pie, 5.15 al coche y 6.15 comienza la marcha, con las primeras luces del día y rodeados por las tinieblas en medio de un bosque de polylepis, y de repente, empieza a despejarse la mole del Iliniza Norte, aquello más que un pateíto deportivo parecía el camino a mordor!. Continuamos el ascenso por la arista hacia el refugio y pudimos divisar a lo lejos durante los momentos que nos dejaron las nubes el cono del Cotopaxi: sin palabras.
Llegamos al refugio sin incidencias, tomamos algo caliente y conversamos con los chicos, que nos comentaron que había nevado y que la cosa estaba incierta. Así que, arnés, casco, piolo y crampones a mano y para arriba. Comenzamos en la arista, por una zona mixta de piedra y tierra con nieve por la que fuimos progresando sin demasiada dificultad (nos vamos poniendo en forma), dejando la piedra y cada vez más nieve, hasta que llegamos a un punto en el que coinciden dos frases cruciales del ascenso:
Bene: Pero Juan Carlos, a qué sitios me traes??
Juan Carlos: venga, a ponernos los crampones!.
Este es el momento en el que murió mi vértigo, si con la arista de piedras no había sido suficiente, "paso del hombre muerto" incluido; Destrepadita por la nieve y progresión hacia la travesía bajo el espolón de la cima. El tiempo era incierto y el viento empezaba ha hacer acto de presencia de forma contínua; pasada la travesía, y ya camino de la cima, a 5065 m aproximadamente, con el cansancio y tras un paso en falso de José que le costó un esguince, a 75 m de la cima, decidimos poner fin al ascenso e iniciar la bajada.
Lejos de desilusiones y "bajonas" estamos todos contentos con la experiencia. Ayer vivimos la expresión "lo importante no es la meta, sino como llegas a ella", y a pesar de no pisar la cima, los tres hemos bajado como si hubiésemos coronado nuestra montaña más alta.
Ahora estamos todos haciéndole mimitos al tobillo de José para que se recupere lo antes posible, veremos como evoluciona.
Aprovecharemos para descansar el máximo posible, ya que mañana a medianoche, si el tiempo lo permite, le hincaremos el diente al cotopaxi, a ver si se deja.
A pasarlo bien!
PD: El internet está regular, así que las fotos la próxima vez.
ILINIZA NORTE. FOTOS DE ARCHIVO

ILINIZA NORTE. FOTOS DE ARCHIVO

sábado, 3 de marzo de 2012

El Rucu Pichincha ya es nuestro





Hoy, según nos despertamos, sacamos el hocico por la ventana para mirar al cielo; nubes y claros, como los días previos. Bajamos a dar cuenta de nuestro desayuno ligero con la esperanza de que el tiempo nos respetase como en los días previos.

Tardamos poco en darnos cuenta de que el tiempo ya nos está perdiendo el respeto. Después de subir en el "TelefériQo" desde la ciudad (2900 m aproximadamente) hasta los 4100 m, desde donde se divisa Quito en todo su esplendor, comenzamos a caminar por un buen sendero hasta la base propiamente dicha del volcán. Según nos íbamos adentrando en las tinieblas, el tiempo iba empeorando, hasta que no quedó más remedio que pronunciar esas célebres palabras en alemán, "gotas caen". Pero no eran gotas, era granizo, aunque algo más mansito que el de ayer y que pronto se convirtió en agua-nieve y luego en nieve granulada.

Tras ponernos encima todas las capas de agua (José literalmente se puso una capa de agua!) decidimos continuar ya que la situación estaba "estable dentro de la gravedad". Y seguimos subiendo, el sendero ancho dejó paso a un sendero estrecho, y el sendero estrecho a una zona muy inclinada de arenal (y mi sentido arácnido del vértigo que empezaba a pitar) y empezaron a aparecer roquitas, y empezó a desaparecer la arena, y aquello seguía inclinándose...total, que cuando quisimos darnos cuenta estábamos "garrapateando" arista arriba hasta la cumbre, y que subidón.

Nos ha encantado el Rucu Pichincha, a pesar de la mojada y el esfuerzo. Hemos salido todos con muy buenas sensaciones para afrontar el próximo "repecho", el Iliniza Norte de 5126 metros, dejando atrás la cota de los 4000 para meternos de lleno en el camino hacia el Cotopaxi.

Mañana tenemos jornada de descanso, que nos vendrá muy bien para hacer un poco de turismo de gente normal, de ese de ver catedrales, cascos históricos, las tienditas de souvenirs y las cervecitas reglamentarias, y para trasladarnos al El Chaupí, en la región de Tungurahua, desde donde afrontaremos la próxima ascensión.

A pasarlo bien!

viernes, 2 de marzo de 2012

EN LA CIMA DEL PASOCHOA, 4200 m


Otro 4000 para el saco





Después de una noche en la que los truenos me despertaron varias veces, y tras un ligero desayuno (consistente en café, pan y croissants con mermelada, zumo de mango, pero natural, yogur con frutas del día troceadas con cereales y unos huevitos fritos) nos dirigimos hacía el volcán Pasochoa, a unos 15 kms al sureste de Quito. Tiene una altura aproximada de 4200m y es una caldera erosionada (se da un aire a la Caldera de Taburiente, o al menos a mi me lo parece).

Con la amenaza constante de las nubes y la niebla nos ponemos en marcha a paso ligero, primero por una pista, entre toros y terneros que en más de una ocasión nos pusieron ojitos al acercarnos, para luego coger un sendero que asciende hasta la arista que nos lleva hasta el punto establecido como cima del volcán. Después de ascender entre las tinieblas ecuatorianas unos desniveles considerables, y una vez en la cima,la montaña nos regala por unos minutos su mejor cara, ya que, casi sin darnos cuenta, las nubes nos dan tregua y nos permiten ver la caldera en todo su esplendor, así como la ciudad de Quito y demás territorios colindantes. Además, podemos divisar a lo lejos en Antisana (5753m), cubierto de nieve.

Después del bocata y un merecido descanso, nos metemos un destrepe que pone a prueba mi vértigo (es lo que tiene, tener vértigo y meterte a montañero) por la cara opuesta de la subida para acceder de nuevo a un sendero que nos llevará directamente al coche, no sin antes comernos una pequeña granizada al final de la ruta. Y digo pequeña porque la que nos cayó encima cuando nos subimos al coche era digna de ver, que más que conduciendo, bajamos haciendo rafting de la montaña.

La conclusión del día la ha puesto Ramón: "Ves, a partir de los 4000 es cuando empiezo a moverme bien". Ahí queda eso.

Mañana toca el Rucu Pichincha, si el tiempo nos va dejando, porque vamos escapando la verdad.